El pasado sábado 6 de mayo realizamos uno de esos trabajos que se te quedan en la retina. Organizamos el catering de la fiesta de cumpleaños de Maitane. Y lo hicimos en el Castillo de Butrón. Fue realmente un cumpleaños de cuento, y así te lo vamos a contar.

«Corría el año 2017 de nuestro Señor, en fecha del sexto día, del quinto mes. Un apacible día daba paso a una noche en la que se esperaban grandes sorpresas por aquellos lares de Gatika, en la muy noble tierra de los vizcaínos. El Castillo de Butrón, imponente desde la lejanía, sería aquella jornada el lugar de las celebraciones del aniversario de Doña Maitane, Señora de Butrón, por unas horas.

Poco a poco y al caer la noche, los invitados al festejo iban llegando desde lejanas tierras en sus carruajes y corceles, ataviados con sus mejores galas. Las puertas del castillo se abrían y les daban la bienvenida, y las estancias, engalanadas con ricas decoraciones, les saludaban a su paso.
En la sala principal de la torre del homenaje, ricas viandas traídas de lejanos lugares esperaban al medio centenar de invitados, caballeros y damas, damas y caballeros, para aplacar su hambre tras el largo viaje. La gran mesa central cobijaba aquellas delicias, frías como la noche: chupito de puré suave de berenjena, cremoso de rulo de cabra y mermelada de tomate; nido de salmón con ensaladilla rusa y alga wakame; galleta salada de crema de queso Gorgonzola, uva y nuez; palito crujiente de jamón ibérico, y mini sándwich de egg mayo con rúcula y antxoa. Serían aquellos unos sabores difíciles de olvidar.
Mientras los juglares tocaba melodías traídas de otras tierras, y mostraban imágenes de la vida de Doña Maitane en la fría piedra de las paredes, los invitados danzaban, reían y gozaban. El vino, sangre de la tierra, era ofrecido en brillantes copas de fino cristal, y llenaba de alegría a los invitados que, animados por la fiesta, se atrevían a ataviarse con extrañas vestimentas, que sacaban más de una carcajada de entre los allí presentes.
La noche fue llegando y las viandas no acababan. Era el turno de nuevos sabores, esta vez calientes, como el corazón de los enamorados: chupito de crema de purrusalda con bacalao, mini croquetas de jamón, piruleta de gamba y tomatito cherry con salsa agridulce, brocheta de la tierra con txapatita, y mini hamburguesa de ternera con queso, lechuga y tomate.
Pero la noche, oscura y fría, se iluminaba con la salida de Doña Maitane y sus invitados al exterior del torreón. Allí nuevamente, deliciosos manjares con dulce final, esperaban a ser disfrutados: petit fours, piruletas de bolitas de donuts, y una deslumbrante tarta con sabores celestiales.
Como es costumbre por estas tierras, Doña Maitane hizo los honores del corte de la tarta con la espada de su esposo, el Señor de Butrón. Y la noche cerrada, poco a poco se iría fundiendo con el día, porque según cuentan, la fiesta continuó durante muchas muchas horas…»
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado. ¿Seguro? ¡No! Aún hay más. No te pierdas el resumen en vídeo de todo lo que ocurrió en la fiesta de cumpleaños de Maitane.
¿Te gustaría ser el protagonista de tu propio cuento? ¿Cómo quisieras que fuese tu celebración? ¡Cuéntanos y lo hacemos realidad!