En Hambroneta queremos acabar con el maltrato que sufren algunos jamones en los eventos. No, no es broma. Ha llegado a nuestros oídos que este manjar es a veces manipulado por gente inexperta lo que da lugar a auténticos atentados gastronómicos, algunos de los cuales son:

  1. En ocasiones, el jamón de bellota se sirve frío. Sí, sí. Habéis leído bien. ¡¡¡Frío!!! Abres la boca pensando que vas a disfrutar de un manjar… y ¡zasca!, te encuentras con un polo de jamón totalmente insípido.
  2. El jamón se corta bastante antes de que los comensales entren en la sala consiguiendo que un producto increíblemente jugoso se quede seco como la mojama (y si al final vamos a servir mojama pues casi que no invertimos en un “5 Jotas”, ¿no?).
  3. El corte se hace de forma improvisada y sin ninguna técnica, dando lugar a unas lonchas irregulares y extremadamente gruesas con las que es necesario pelearse antes de poder tragarlas.
  4. El jamón es descarnado sin piedad por un cuchillo no adecuado… ¡y sin afilar! El resultado de esta práctica es algo totalmente dantesco que duele solo de imaginarlo así que no entraré en más detalles.

Por todo ello, en Hambroneta te recomendamos encarecidamente que, si decides incluir un servicio de corte de jamón en tu evento, lo mejor y más sensato es que contrates a un cortador profesional, que respete al máximo el producto y lo trate con mimo para que los comensales lo puedan disfrutar en todo su esplendor.

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